y los pasos llegaron a su origen,
desnudos del baile y la luz que no era
otra sino sus sombras, sino su hablar y baile
que llevaban;
mira, dije, y ella sonrisa en alma, mi mano esdrújula campeaba
las esquinas.
luces éramos, hasta que dormir era la forma de
decirnos otro saludo.
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