y arena o un mar que se bailan entre sus labios
y suben entre sus miradas únicas sus soledades tan grandes
enormes que sumergen sus palabras que a ras
de sus pieles buscan sombras suyas
en sus atardeceres en que se despiden
y naufragan la noche en sus llamados
que buscan y buscan su nombre en los silencios de su mirada
en la otra que nunca ven frente.
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