correcciones de todo tipo
cuando la flor echa sus luces, tiemblo
viernes, 8 de octubre de 2010
reflexión camusiana (ja)
desde la distancia de las palabras. ¿pues qué dicen éstas? ¿no son sino continuo alejamiento de lo que dicen? el crimen perfecto: no se sabe qué son detrás de ellas. por eso el amor calla: es la conciencia de este fracaso, el de las palabras y lo que muestran. su silencio es el reconocimiento de esta imposibilidad, de que las palabras, lo dicho, son fantasmas -y la carne quiere conjurar fantasmas, siempre-. pero el amor calla, siempre. la palabra nunca será el objeto. la experiencia mística, por este motivo, sólo se expresa mediante el silencio. la unión mística con dios es inexpresable; pero dios no es el único "objeto" cuya experiencia está rodeada por el silencio. no se trata aquí de un panteísmo sino de algo opuesto: todos los objetos tienen la misma dignidad de lo divino. la experiencia desde el punto de vista de la subjetividad no diferencia a uno de otros. el resultado es el mismo. se ha visto a la experiencia mística como forma plena, total, de amor. por esto la melancolía, tan ligada por otra parte a la experiencia mística como a la posesión satánica -ambas formas paroxísticas de la experiencia de lo Otro-, es común en ellas: la imposibilidad de comunicar la experiencia se vuelve insoportable. así, la melancolía sería la experiencia de la futilidad de las palabras; el silencio es elocuente en tanto denota lo absoluto: el amor es lo que no puede decirse; lo demás son palabras.
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