la piedra sola errante, dispersa en su sombra casi,
deslumbra; sol perdido en sus raíces de pensar, huye tal vez
de su camino; se encuentra puede ser en su cansado
fardo de sombra, de tarde; piedra errante, rodante,
que vuela en los sueños de ecos del sol,
de la luna, de la luz que abraza y muerde; piedra
impávida como un dios, puro olvido, puro grito
sin formas, sin dónde caer el puro grito; errante
el tiempo, silueta de piedra, rasgos tenues de un apenas
conocer, de una tarde de hambres y alcoholes. tarde cuando
la piedra es poema, cuando la poesía es una piedra
que anda sobre el agua, sobre el espacio de un cuerpo,
y se vuelve lengua, y canta y dice y calla, envuelta
en su eco. has dispersado tus voces.
correcciones de todo tipo
cuando la flor echa sus luces, tiemblo
lunes, 10 de septiembre de 2012
lunes, 9 de julio de 2012
domingo
monstrua y desierta
recorro tus entres, en la hora justa de tus lluvias
bajo el puente, las escaleras son laberintos de atroces
muecas, engaños y silbidos apenas en las paredes;
un muro te espía, ciego, sombra bajo tus pasos; el ruido
acompasado de rus relojes, el corazón suelto y en destellos
que acaban en la tarde, comienzan simples: aquí las manos
fraguan el aroma a suplicio que te acompaña, a toda hora,
aun cuando descansas, domingo, resucitados, calma
de muerte, de una nube que cae sin silencios, con la palabra
oscura de tu nombre.
recorro tus entres, en la hora justa de tus lluvias
bajo el puente, las escaleras son laberintos de atroces
muecas, engaños y silbidos apenas en las paredes;
un muro te espía, ciego, sombra bajo tus pasos; el ruido
acompasado de rus relojes, el corazón suelto y en destellos
que acaban en la tarde, comienzan simples: aquí las manos
fraguan el aroma a suplicio que te acompaña, a toda hora,
aun cuando descansas, domingo, resucitados, calma
de muerte, de una nube que cae sin silencios, con la palabra
oscura de tu nombre.
martes, 3 de julio de 2012
bienvenida al país de los salvajes
bienvenido al país de los salvajes
donde el grito es la costumbre y tu silencio
tu mejor arma;
te escondes pero te encontraremos, en tu miedo.
verás la luz hasta que aprendas a respirar, dejaremos tu piel
marcada por tus palabras, por tus pensamientos:
lo que digas y pienses será tu sombra, nosotros
seremos tu sombra, caminaremos hasta que tu sangre
escriba tu historia, no la nuestra.
respirarás mejor cuando dejes de respirar, acá,
en este país donde los salvajes cantan.
donde la palabra es una cierta ventisca, fuerte,
que se convierte en tu tormento. cuida tu alma,
además: puedes perderla
entre los caminos de piedras
que encontrarás.
donde el grito es la costumbre y tu silencio
tu mejor arma;
te escondes pero te encontraremos, en tu miedo.
verás la luz hasta que aprendas a respirar, dejaremos tu piel
marcada por tus palabras, por tus pensamientos:
lo que digas y pienses será tu sombra, nosotros
seremos tu sombra, caminaremos hasta que tu sangre
escriba tu historia, no la nuestra.
respirarás mejor cuando dejes de respirar, acá,
en este país donde los salvajes cantan.
donde la palabra es una cierta ventisca, fuerte,
que se convierte en tu tormento. cuida tu alma,
además: puedes perderla
entre los caminos de piedras
que encontrarás.
lunes, 30 de abril de 2012
escrito en 1961
Han comenzado a aparecer [...] las fotografías de los candidatos a diputados federales [y no sólo]. [...] Hay candidatos con ojos melancólicos y candidatos con pupilas furibundas. Algunos tienen frente de filósofo y no faltan los dueños de rostro de estadista. Se advierten perfiles de galanes cinematográficos y caras de villanos de películas de dos partes. Uno se parece a Charles Boyer [...] pero no faltan los dobles del Charro Aguayo y el Cavernario Galindo. [...] Algunos candidatos hacen propaganda con música. Quien prefiere la dulzura de un vals viejo, quien opta por la jactancia de la Marcha de Zacatecas. [...] Y los grandes problemas nacionales sirven como materia prima para todos los discursos. Las palabras se extienden o se enroscan, vuelan sobre el viento y, algunas, se quedan enredadas en los árboles. Unas son palabras de domingo y otras, simplemente, de a mitad de semana. Hay, empero, candidatos privados del habla o negados a toda elocuencia. Pero se expresan con gestos o a señas y tienen secretarios bien aleccionados. [...]
José Alvarado.
José Alvarado.
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