mirada de innumerables sitios
atisban el pellejo y debajo
la hambre cernida hasta l'alma
cante y ladre, subiendo hasta cielos
o nubes formadas en recuerdos,
sueños que no cesan,
anuncian o arrancan
lo que no,
lo que ya para qué,
en el incierto modo de estar presente
sus pasos huellas
de estas bestias en canícula
y en las manos que aún se estallan
en la pelambrea.
y sin oscuridades que en sus ojos,
claramente miran.
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