salir al polvo
a encumbrarse en la sombra y los cansancios
-sin presumir o ser romántico-
pero la luz es poca:
la risa asusta y se suelta su lengua desierta
demente es la luna que aparece a medio día
en el sueño que no es,
en la palma de la mano que te llama y recuerda, llama,
fuego que dejás en la tarde.
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