
Georges Bataille organiza sus escritos alrededor de varias ideas conceptos o principales, muchos de los cuales permanecen difusos y algunas veces poco desarrollados en sus definiciones o conceptuaciones. Comunicación, soberanía, heterología, experiencia interna, lo sagrado, el gasto [depénse], transgresión, exceso, etc., cada concepto aparece en sus textos como una connotación momentánea, una breve comunicación que crea un impacto en el lector, y entonces el concepto desaparece antes que sea del todo atrapado dentro de los parámetros para conceptualizarlo. Quizá es esta vaguedad o ambigüedad inherente a todos los conceptos de Bataille la que previene de ser apropiados por la escena teórica y sean puestos a trabajar en un sistema dogmático. Con el fin de hacer un trabajar una idea, para que sea capaz de desempeñar su función, quizá debe primero tener una definición propia… la cual falta en muchos de los conceptos de Bataille. La amplitud de sus términos (sin embargo, Bataille se mueve desde una economía general a una restrictiva, muestra una digresión desde lo específico, desde la especialización) puede mantenerlos de ser utilizados por otros; esta subversión de la utilidad nace de la dificultad de localizar con exactitud dónde o cuándo los conceptos comienzan o terminan. Este sacrificio de la claridad ciertamente es una estrategia intencional, es el uso propio de los conceptos impracticables de Bataille. Es en esta área del pensamiento donde quiero examinar el presente estado de la teoría.