si alguien ha visto su mirada, notará cierta oscuridad: aunque de lleno la luz desde la ventana resplandece, hay algo de tenebroso, incierto, agónico: la manera en que contiene un llanto estéril, cínico, diría; pero los pies que indican haber andado más de un siglo con sus noches vagando por entre los soliloquios del verano, ya casi en las aguas de un planeta que enmudece. la mirada redondea el marco en que lo importante es la manera de reflejarse a uno mismo en inciertas horas: despertar y verse aún en su traje de persona decente: levantarse y no naufragar entre tanto eco: caminar y estirar los brazos y cantar, por qué no.
cantar, eso es lo esencial. pues el ángel de la melancolía hubo cantado. he ahí la causa de su humor.