correcciones de todo tipo

cuando la flor echa sus luces, tiemblo

jueves, 21 de febrero de 2008

ya mero, aguante usted

de sueños no estoy de humor: y los tiempos actuales, menos. la ciudad consumiéndose entre fuego y gente hirviendo, irrespirables de tanta muerte y sustancias que se pegan a los pulmones, a la piel, ennegreciendo hasta el alma, si la hubiere, y atontando -por decir lo menos- a cuantos estén en la desgracia de pasar sus últimos días por acá. porque eso sí, ya lo afirmo: son los últimos días que pacen almas y animales, mamíferos sobre aguas de fuego, lenguas de humo y oquedades de dioses; porque estos días se prepara un gran discernimiento sobre todos los desventurados que manejan aún tranquilamente sus vidas detrás de un otro, cristal sea, pantallas sean, pieles sean, que ahora...
así decía el papel que me había encontrado desde hacía más de un año: a partir de ese tiempo, todo sucedía al pie de la letra. y en qué terminaría todo esto?, pregunta sin sentido, ahora que, creo, estoy solo, pudriéndome como el agua, saboreando la delicia de estar para siempre arrojado a este paraíso de muertes.
y desperté, entonces, y a pesar de que el día parecía ser como tantos otros, algo, quizá, espiaba.